sábado, 7 de noviembre de 2015

El arte de ir despacio en moto...

Por cuestiones de trabajo tuve que viajar en un país donde los límites de velocidad son aburridamente seguros. 

Después de un picnic restaurador de almas, apague la cámara, seleccione la lista de canciones lentas, encendí el intercomunicador y empecé la lenta travesía.


¡Almuerzo de campeones!
Como dijera mi buen amigo José Andrés, " a vos lo que te sobra es paciencia..."; Pensando en ese su dicho, me subí a la moto y me puse en camino, listo para recorrer los 200+kms más lentos que puedo recordar.

Una canción me llevó a la otra y así recorrí un par de horas hasta que tuve que parar por más agua... con esos límites de velocidad mi consumo de agua se incrementó a más o menos 2 litros por hora... casi lo mismo que un buen colacito de doble propósito calibre Ixcán.

Me detengo en esta gasolinera saliendo de un pequeño poblado para abastecerme de gummy bears, agua y gasolina... si, en ese orden de importancia; cuando terminó el rito de la gasolinera, me preparo para continuar. En eso se acerca un tipo en una cruiser y me pregunta hacia dónde me dirigía, curiosamente el llevaba más o menos el mismo rumbo y me ofreció guiarme por una carretera mas para motos que la pretendía tomar.

Acto seguido ahí me tenían detrás de una cruiser enorme, topando los reposa pies de mi R 1200 R en curvas mucho muy cerradas en medio de un bosque que parecía escenario de cuento de hadas a no más del límite de velocidad de 60 kms/hr. 

Gracias Bobby por la Sony ActionCam...
La mejor camara que he usado.
Me dedique a disfrutar con todos los sentidos esa experiencia: ir muy despacio en moto, tan rápido como mis compañeros, costándome mantener el paso que marcaban.

Sankt Gallen, Suiza...
Aprendí que acelerar en una corta recta desde 15 km/h a 70 km/h para luego volver a frenar intempestivamente hasta casi detenerse puede ser tan excitantemente estresante.


en algún lugar cerca de Sankt Gallen...
un puente de madera con algunos años
Los niveles de concentración que se requieren son tantos como en un circuito de carreras a 200 km/hr.

Es alucinante salir de una fuerte frenada para encarar un gancho de más de 180° de giro para enfrentar una subida y luego volver a acelerar a fondo. 

Esas carreteras secundarias de Los Alpes Suizos...
no me pregunten donde es... ¡mejor vamos!


Después de más o menos 70 Kms. a un ritmo agilísimo, pero matemáticamente lento entiendo que este sabor de motorismo es algo apasionante.

Ir “lento” es tan divertido y demandante como cualquier otro sabor de motorismo. 

Frente al Castillo de Lichtenstein...
por poco me paso. ¡ese paisito si que es de un acelerón!
con mi bella compañera R 1200 R LC



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