Preámbulo…
No, no son
de esas aventuras de romances temporales altamente peligrosos, sino más bien
son esos viajes que todos, en algún momento, queremos hacer hacia lo
desconocido.
Así que sin
ponerse en riesgos innecesarios imaginen a donde quieren ir a conocer y que
tipo de obstáculos quieren enfrentar pues al final uno es dueño de su viaje.
Si tu
afición es tan simple como ir a desayunar a algún lugarcito cercano o tan osada
como ir a buscar esa vista única de no sé qué montaña o río nunca fotografiado,
tú eres el que está a cargo de planear ese viaje y sobre todo de disfrutarlo.
En lo
personal, lo que más disfruto es la parte de la planeación. Me puedo pasar
mucho tiempo buscando la ruta más interesante, entendiendo lo que voy a ir a
conocer y discerniendo toda la información que encuentre del lugar que quiero
ir a conquistar con mi fiel compañera.
Obviamente al realizar el viaje y vivir
esa aventura lo disfruto muchísimo. Si logro o no terminar el viaje es secundario,
para mí lo que importa es haber vivido la experiencia de proponerte
personalmente un reto, imaginártelo, planearlo y luego vivirlo.
Muchas
veces esas vivencias me enseñan de lo que soy capaz o no, donde todo se traduce
en experiencia vivida.
Parte 1 de
no sé cuántas.
José del Busto R.
Imaginando
una aventura…
Se vale soñar…
Una
aventura empieza en la mente donde crece y toma cuerpo. El gran Arne Sapper me enseñó
a no poner límites en lo desconocido y a disfrutar esa imaginada dándole forma a
la siguiente aventura.
Hay que
desear con el alma aventurarse y salir de la zona de confort atreviéndote a viajar
hacia lo desconocido no importando que y lograr la hazaña de llegar a ese
destino imaginado.
Muchas
veces el destino es el viaje realizado. Si le preguntas a alguien que ha hecho
un viaje épico, al Ixcán, Ushuaia o Alaska, muchos te dirán que lo más
interesante fue hacer el viaje donde muchas veces el destino es solo otro punto
a donde llegar durante el día.
Los pocos que
me conocen saben que llevo años imaginándome el viaje para celebrar mi
cumpleaños número 50 en el círculo polar ártico noruego y gracias a los
acontecimientos del 2020 lo tendré que posponer. Aun así, sigo disfrutando el
imaginarme la ruta, la comida y los obstáculos mentales y físicos que tendré
que afrontar.
Así que,
imagínate ese viaje de aventura… a donde quieres llegar, por donde vas a pasar
y disfruta imaginándolo.
Parte 2 de
no sé cuántas.
José del Busto R.
Imaginando
una aventura…
Dándole
vida a un viaje de aventura…
Cuales
niños, empezamos aprendiendo a conducir una moto en los lugares cercanos y
donde nos sentimos más cómodos, para entender y practicar el cómo y cuando del
arte de manejar adecuadamente una motocicleta. Somos felices cuando al fin
tomamos adecuadamente esa curva que nos da tanto miedo.
Así vamos
agrandando el área de confort hasta que el país te queda chico. Desde que uno
empieza a rodar tienes en mente un viaje que aun no te atreves a realizar, que
ya sea por miedo o por falta de experiencia. Lo sueñas como la aventura máxima,
en ese momento inalcanzable y que sabes algún día lograras.
Recuerdo
muy bien un viaje que mi querido amigo Roberto Ascoli me animo a realizar…
desde Xela iríamos a Rio Dulce porque este su servidor no conocía. Empacados y listos para la aventura de fin de
semana, llegamos hasta el cruce de Sololá y no me aminé a continuar. Roberto se
dio cuenta de mi temor y sin tratar de convencerme me dijo: “si queres mejor le damos vuelta al lago,
vamos a almorzar al IRTRA y regresamos a Xela” … sentí un alivio increíble… no
logre salir de mi zona de confort.
Así como uno
crece en el motorismo, tus aventuras se van volviendo más osadas, justo ahí afuera
de tu zona de confort.
¿Cuál es tu
siguiente aventura?
Parte 3 de
no sé cuántas.
José del Busto R.
Imaginando
una aventura…
Imaginársela
es una cosa, ponerle fecha es otra.
Ahí está
pululando en la mente ese destino que uno desea cada vez con más ganas conocer.
Tienes una vaga idea de cómo llegaras y lo que implica, pero no le has puesto
el tiempo ni esfuerzo para entrar en detalles. Normalmente en una sobremesa de
esos viajes de engorde a la antigua o a pana te topas con ese amigote con el
que mutuamente te das cuerda hasta completamente decorar de detalles el dichoso
viaje.
Lo mejor es
cuando al fin lo discutes con ese amigo motorista empedernido y muy cercano, como
lo es Alex Rudeke para mí, con su optimismo aventurero te hace darle varias
vueltas de tuerca al tema complicando el viaje de tal manera que te urge
realizarlo.
Llega el
momento que es tanto el deseo del viaje que terminas buscando el momento ideal
para realizarlo… comienzas averiguando cuando será el mejor tiempo para ir a
ese destino. Luego tomando en cuenta esa ventana de tiempo empiezas a negociar
mentalmente el tiempo que te llevara realizar el viaje para luego negociar con
la agenda el tiempo que faltaras a tus actividades. Puede llegar a ser
estresante el encontrar esa ventana de tiempo en el tiempo ideal y sin poner en
riesgo tu carrera, tu relación amorosa, tus obligaciones y tu billetera. Es
entonces cuando empiezas a pensar en esa fecha, que normalmente uno amarra a
algo trascendental y terminas por decidirte a vivir esa aventura.
A veces uno
reprime ese deseo de vivir una aventura debido a todos los sentimientos
infundados desde la cuna de obligación y deber…. Pero se vale ser feliz de vez
en cuando y realizarse como persona.
Podrás
haber visto toda la información disponible, los tours, opiniones y documentales
existentes, pero no hay nada como estar parado ahí, respirando ese aire lleno
de olores, viviendo esa experiencia que solo viste en una foto y dándole
gracias a lo que creas supremo el haber logrado vivir tal experiencia.
¡Anímate a
vivirla!
Parte 4 de
no sé cuántas.
José del Busto R.
Imaginando
una aventura…
Diseñando
la ruta
Para mí es la
parte más suculenta de imaginar una aventura. Normalmente empiezo por ponerme
ese reto de destino… la costa Este de Nicaragua, el paso Transfagarasan y el
castillo de Drácula en Rumania, el volcán ese de Islandia, el círculo Polar
Ártico de Noruega o a donde mi curiosidad este enfocada en esa etapa de mi
vida. Como les dije anteriormente, el viaje es propio y personal. Tú decides a
donde, que tan lejos y que tan complicado va a ser. La idea es imaginarse de lo más general hasta
llegar a lo más específico y disfrutando cada etapa.
Lo primero
es hacerme una idea por donde viajare, que obstáculos tendré que sortear, que
experiencias quiero vivir en el recorrido. Ya después empezaran los detalles de
logística y costo, pero en esta etapa se vale soñar… como si el tiempo y el
dinero fueran infinitos para vivir al máximo esta aventura.
Toma un
papel y lápiz apoyado por un buen mapa del área que intentas conquistar y
empieza a hacer un bosquejo de la ruta a seguir. Simplemente tratando de llegar
a ese destino. Eventualmente el papel se vuelve tan complicado que terminaras
apoyándome en una hoja de cálculo electrónica y un mapa digital para poder
seguirle el ritmo a la urgencia de tu mente por calcular la ruta.
Cuando llegas
a ese momento normalmente debes tomar una pausa y dejar enfriar un poco el
tema, solo para lograr ver con un poco de claridad si es viable lo que ya tienes
descrito. En esta etapa es cuando imaginaras
todo lo que vas a vivir y por donde vas a pasar, obviamente reforzado por todas
las fotos e imágenes de mapas que ya tienes en la conciencia.
Si llegaste
a este punto, esto ya es un proyecto de estudio y le empiezas a dedicar mucho
más tiempo a los detalles grandes respondiendo a preguntas como, ¿Dónde
pernoctaré?, ¿Cuál es la comida que tengo que probar en que pueblo?, ¿qué
puntos de interés debo ver? de los que si no viste no estuviste ahí y todas esas
más que seguro surgirán dándole forma a los detalles mas intrincados de la
aventura.
Eventualmente
todo terminará en un mapa donde tendrás la ruta, los puntos de interés, las
distancias y cualquier otro dato relevante para que empieces tu aventura.
Diseñar tu
próxima aventura y no te impongas barreras pensando que no sabes cómo hacerlo,
nadie nació experto. Pide ayuda, pide consejo, pero date el gusto de hacerlo.
¿a qué
esperas?
Parte 5 de
no sé cuántas.
José del Busto R.
Imaginando
una aventura…
¿Qué tipo
de viaje quieres hacer?
Tus gustos
y capacidades dictaran el formato de viaje. Si lo que quieres es hacer turismo
conociendo ciudades, recorriendo carreteras secundarias o toda una travesía off-road
atravesando no sé qué área solo orientándote con una brújula y un mapa, la
decisión es tuya.
Hay que ser
muy consciente en la planificación del tipo de viaje que te propondrás.
Arriésgate, pero hasta llegar al limite de tus capacidades. No más. Con cada
viaje tus capacidades crecerán y en la próxima aventura harás algo aun mas
osado. Al final lo que queremos es vivir
muchas mas aventuras y no morir en el intento.
Estoy
seguro de que has oído el consejo de todo motorista cuando te dice que uno no
debe viajar al 100% de sus capacidades, sino debajo de ese umbral, para que
cuando tengas una emergencia tus capacidades te permitan reaccionar y librar
ese obstáculo. Lo mismo con el tipo de viaje que te planteas. Si no eres capaz
de conducir de sol a sol como mi amigo Libo García solía decir, entonces
calcula tus días de manejo en función de la distancia con la que te sientas
cómodo.
Todo tiene
que planearse, cuantas veces te detendrás a descansar, donde y por cuanto tiempo,
donde y cuantas veces al día comerás, donde dormirás y que visitaras. Cada una
de estas variables es muy importante. Son esos detalles que puestos todos
juntos como vivencias harán magnifica tu aventura.
Con la
experiencia te acostumbraras a planear menos y disfrutar más. Hay los que
exploramos todo el día y cuando algo te gusta como para conocerlo mejor buscas
un lugar donde pernoctar que tenga un barcito para poder platicar con lugareños
y entender cómo se vive ahí.
¡Define Tu
siguiente viaje!
Parte 6 de
no sé cuántas.
José del Busto R.
Imaginando
una aventura…
¿Solo o
acompañado?
Cuando te
aventuras a viajar solo es normalmente porque tu aventura es mucho muy personal
y pretendes vivirla con las libertades que la soledad te otorga. detenerte en
cualquier lugar y sentarte a la orilla de la carretera a contemplar esa vista
magnifica que encontraste disfrutando una golosina o un pedazo de fruta sin que
nadie te apure simplemente no tiene precio.
Viajando
solo puedes ir a la velocidad que desees, tan despacio como tu alma lo solicite
o llevando un régimen para cumplir un horario y espacio recorrido. Hay que
tener siempre en cuenta que estas solo y que cualquier contratiempo que sufras
tendrás que arreglártelas solo, esto te lleva a ser en general mas cuidadoso y
mas vigilante de los peligros de la carretera.
Muy pocas
veces en la vida encuentras un compañero de viaje como mi gran amigo Martin
Bumba, compartiendo ese nuevo álbum de David Gilmour vía bluetooth oyendo
exactamente la misma música, logrando un magnifico paso disfrutando las curvas
del camino en busca del café de Huehue o en las Dolomitas italianas recorriendo
ese set de curvas de alta adrenalina. No importa a donde llegues, la
conversación continuara donde la dejaste antes de subirte a la moto,
disfrutando de la simpleza de un viaje lleno de complejidades.
Viajar en
pareja es algo muy diferente. Si vas con tu pareja o con un ser querido tienes
que estar atento a que tu copiloto este disfrutando también. Cuando tu copiloto
se fatigue, tendrás que detenerte así que tendrás que conocer bien los limites
de tu acompañante para que el viaje no termine en problema. Recuerda también
que el espacio de carga será divido al menos por la mitad. Así mismo es muy
gratificante porque estas compartiendo esa experiencia y creando memorias
inolvidables.
Es
divertidísimo viajar en grupo, da una sensación de seguridad porque normalmente
habrá alguien tomando las decisiones importantes por ti, así como habrá otros
más criticando tales decisiones. Si eres novato en eso de los viajes de
aventura, será mejor que las primeras experiencias sean junto a un pequeño
grupo de amigos donde siempre habrá alguien con más kilómetros recorridos que
otros.
Viajar en
grupo es todo un arte de paciencia, aceptar que alguien más te guie y adaptarse
al plan general de la mejor manera posible para evitar confrontaciones,
procurando siempre que todo salga bien acuerdo al plan del guía.
En fin,
parte de planear será definir si solo, con quien o quienes compartirás tu
próxima aventura.
Parte 7 de
no sé cuántas.
José del Busto R.